8 de juliol del 2010

Escapemos.

Había vestido a los niños y la nanny ya se los había llevado hacia el colegio. La música sonaba de fondo suavemente: "I be there for you... when you breathe I wanna be the air for you...", tarareba casi sin darme cuenta. Tenía el café encima de la mesa de la cocina pero había preferido tender la ropa antes. Desde el patio vi como el cartero llegaba y dejaba algo en mi buzón. Cuando acabé de tender fui aburrida hacía la cocina y salí a la entrada de casa con el café en la mano y aún con ropa de estar por casa.
Abrí el buzón entretenida tarareando aún la canción cuando entre las facturas ví un sobre y en el, reconocí casi al segundo su letra. La taza de café se estrelló contra el suelo rompiendose en mil pedazos de porcelana y llenandome todo el pantalón de café. Pero me sentía incapaz de moverme ni un centimetro, permanecía allí mirando el sobre como una idiota.
Entré en casa notando que mis manos temblaban. Me senté en el sofá justo encima del gato que salió corriendo con un maullido ensordecedor.
Lentamente fui abriendo el sobre, con extremo cuidado.

"Hoy he vuelto a pensar en tí, lo hago cada día al levantarme, abro la puerta de el bar que ahora es mio y la primera imagen que viene a mi cabeza eres tú. No logro comprenderlo, jamás has pisado este lugar, lo sé, sin embargo formas una gran parte de el.
He visto tus cuadros, casí cada semana voy a tu museo, pero por supuesto tu tampoco sabes nada de esto, porque vives en la otra punta de la ciudad y ya tienes 13 museos, así que este, que esta aquí al lado del lugar del que decidiste marchar, seguramente ni lo habrás pisado desde el día de la inaguración.
Recuerdo ese día, llevabas un precioso vestido negro, corto por encima de las rodillas, con escote provocador pero sutil y la espalda descubierta entre esa tela semitransparente, el pelo lo tenías recogido en alto y un collar con una flor de color purpura caia hasta la altura de tu externón, estabas preciosa.
Te pregunté porque habías abierto el museo justo ahí y tu solo me mirastes y sonreístes, esa sonrisa que me indicaba que yo ya sabía la respuesta y que evidentemente no iba a conseguir escucharla de tus labios.
Horas más tarde, despues de tu discurso, de felicitaciones y estrechones de mano conseguí alcanzarte unos segundos más y aún tengo bien presente lo único que me dijistes: escapemos.
Salímos corriendo de aquel lugar, fuímos al bar de Carl, música estridente, gente que jamás estaría en nuestras vidas (no fuera de ese lugar) y tu y yo. Te besé, pero me apartaste. Soy una mujer casada me dijistes con lagrimas en los ojos.
Lagrimas, no las he podido olvidar.
Ni a ti tampoco.
Sabes que siempre estaré contigo."


Me sentí desfallecer, él había vuelto a mi, o quizás jamás se había marchado.
Tuve sus palabras en mi cabeza durante el resto del día.

7 de juliol del 2010

Fire.

Date prisa en quemarme el alma que van quedando pocos trozos ya.
Rompeme en dos, clavame todas las espinas que quieras.
Hazme llorar, hazme decir tu nombre.
Buscame, abandoname.
Quiereme tan solo a ratos y odiame cada amanecer.
Arrancame las sonrisas que jamás me devolveras.
Dime adiós a cada segundo y vuelveme a conquistar entre tus brazos al caer la noche.
Matemos a la luna traidora que nos espía desde su balcón en el negro cielo.
No, no me acaricies más el corazón hoy, no quiero llegar a amarte más de lo que debería.


Volví a mentir.

6 de juliol del 2010

Amor y odio.

- Te he odiado desde el primer momento.
- Eso no es cierto.
- No, no lo es. Por eso mismo te odio, porque no soy capaz de hacerlo, debería, debería...
- No podremos escapar de lo que sentimos.
- ¿Y que sentimos, eh? Dímelo, dime que estamos sintiendo.
- Amor.
- No, esto no puede ser Amor, no puede ser así. Desgarra el alma, hace casi sienta que voy a desfallecer, como si me faltase el aire, tiemblo con cada nota de tu voz y mi cabeza es incapaz de concentrarse si no te encuentra en mis pensamientos. No quiero que esto sea Amor.
- Pero lo es.

No había olvidado esa conversación, como tampoco había olvidado que dos días después él se había marchado. Cobardía me dijo. Dije mil cosas horribles sobre él y le insulte de todas las maneras posibles y ahora, 2 años después yo seguía acordándome de todo esto como si hubiera pasado ayer mismo.

Te odio Amor.

5 de juliol del 2010

Tiempo de decidir.


Me sentía tan nerviosa. Sabía que de un momento a otro llegarías a la plaza.
Yo estaba en un banco sentada y tan solo podía mirar hacía todos los lados.
"Llevaré un gorro rojo" le había dicho, pero lo tenía dentro del bolso y aún no tenía por seguro llegar a ponérmelo.
La sensación era extraña, el saber que la persona con la que deberías compartir la vida va a llegar en pocos minutos. Pero he dicho deberías, querer ya es otra cosa ¿no?
Por supuesto que iba a ser feliz, iba a tener todo lo que una mujer quiere en su vida, sonrisas, hijos, amor y un buen estilo de vida. Pero nada era suficiente.
No cuando tu corazón esta enfadado contigo por no querer lo mismo que los demás.

Le vi llegar, mi mano estaba dentro del bolso agarrando el maldito gorro rojo con fuerza. ¿Que hago? ¿Que debería hacer? ¿Que quieres hacer?
Él miraba para todos lados buscándome y yo lo sabía.

De golpe un coche pasa por la calle de al lado con la música tan fuerte que todos los que estemos en la plaza y los de dos calles más allá hemos podido oírla. Y una canción, especial, simbólica.

No todos podemos escapar del destino, ¿verdad?
Me levanté y salí corriendo de allí.