1 de desembre del 2010

Not there.

Golpeaba la puerta sin parar, gritaba y gritaba esperando respuesta.
Luego, silencio. Calma que rompía mi alma a cada intento, tranquilidad que me helaba la sangre en las venas. Dime algo, por favor dime algo.

Desde mi lado de la puerta inventaba historias en mi cabeza como que habías ido al baño y por eso no contestabas, o mira, quizás habías tenido que ir a comprar un momento y seguro que ibas a sorprenderme por la espalda cargado de bolsas con esa sonrisa característica tuya.

Pero no estabas, no sabía donde buscarte y mis recuerdos se habían ido apagando lentamente como la hoguera de una noche que poco a poco va acabando en ceniza. Los labios me temblaban al nombrarte, mis piernas flaqueaban al correr hacia ti. ¿Donde estás?









Momentos en la vida en los que saldrías corriendo bajo la lluvia solo por encontrar, eso.