24 de maig del 2011

Escalones.

Juro que cada día que pasa intento mirarte de una forma diferente, más simpatica, más común que ayer, más divertida, más cercana e incluso algunas veces te miro con odio, rabia y desesperación.
Pero al final de todo esto, solo queda mi mirada y me pregunto si tu te has dado cuenta de cada cambio producido.

Entonces rio y salgo a pasear y me doy cuenta de que años despues sigo en aquella ciudad que maldecí tanto y en la que me quedé por ti, simplemente por ti y no por el amor que tu me podías dar, un amor que aún no ha llegado a mi, si es que existe.





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Eran las tres menos cuarto de la madrugada y yo seguía mirando el reloj, los segundos bailaban delante mio y aunque te tenía al lado tumbado era incapaz de alargar la mano para tocarte, para darte una caricia como te las dí anteriormente.





"Da el primer paso con fe. No hace falta que veas la escalera entera. Basta con que subas el primer peldaño"
Martin Luther King.


1 de maig del 2011

Darkness.

La miraba recelosa desde delante del espejo. La mirada era la misma y ambas se movían al mismo ritmo cuando ella intentaba sorprenderla con gestos bruscos esperando un pequeño retardo que le enseñase que no eran la misma persona.

Aquella dentro del espejo tenia unos ojos maliciosos y su sonrisa era perversa, tenía un aire desafiante y se erguía allí delante como una de esas personas a las que nada las frena.
Ella tristemente se tocaba la cara y notaba su tersa piel mientras confundida quería estrellarse contra aquel objeto que le mostraba un reflejo de un ser monstruoso.

Y fue entonces cuando todo comenzó. Aquella horrible copia empezó a arañarse la cara, a golpearse en los brazos, se estiraba del pelo y se clavaba las uñas más y más en su propia piel, hasta hacerse sangre, hasta que hiciera daño, hasta que le doliera a las dos.
La otra inútil seguí allí delante, retorciendose de dolor pero incapaz de hacerla parar, sin poder apartar la mirada de aquella visión tan escalofriante.
Aquella había ido más allá, se abrió una brecha en el pecho, mientras supuraba toda aquella sangre tan oscura que parecían ríos de maldad, hundía la mano dentro buscando algo latente y por fin lo encontró. Y se lo arrancó.

Con el corazón en la mano la miro a ella y hizo la sonrisa más despiadada que jamás nadie podría haber hecho:
- ¿Y ahora qué? - le grito entre carcajadas sonoras que se estrellaban contra aquella superficie de cristal.

Ella miraba aquel corazón y alargaba la mano queriendo cogerlo de nuevo, volver a sentirlo tan solo suyo, pero su mano chocaba contra el espejo y era incapaz de atravesarlo como antes tranquilamente habría hecho.
Profirió un grito que resonó en todos lados y que hizo que aquella que habitaba el espejo la mirase perpleja, haciéndole así apretar aquel corazón aún con vida.
Ella se desplomo en el suelo con la cara girada hacia la terrorífica imagen, desde allí podía escuchar la angustiosa lucha de su respiración que se debatía entre expirarse o continuar.
- Vamos, levanta, se supone que sabes hacerlo, ¿no? - y volvía a reír.
Pero viendo que ella no se movía hizo un ademán de aburrimiento y tiró el corazón al suelo y dándole un fuerte pisotón que expulso gran parte de la sangre que aún almacenaba dentro le dijo:
- Me aburres, ya no vales ni para divertirme, quedate esto si es que sabes como recuperarlo de nuevo. - y como si de un balón se tratase chutó el corazón haciéndolo atravesar el cristal del espejo, este rodó hasta cerca del cuerpo tendido aún en el suelo.

Y aquella desapareció en un abrir y cerrar de ojos, pero el corazón seguía allí.
Cerca y lejos.
Cerca y débil.
Débil y roto.
Roto y suyo.
Suyo.


En un golpe de respiración alargó la mano, sin intención de llegarlo a coger, pero si pudiera rozarlo quizás...
Sus dedos se deslizaron por la tensa carne, y entonces la estancia quedo totalmente a oscuras.