20 de maig del 2012

Cap. 12 Cupido también tiene vacaciones.

Hay flechas invisibles, estoy plenamente convencida.

Te atraviesan en cualquier instante, sin aviso, llegan y se hunden en un rincón de tu cuerpo, al azar, no importa lo profundo que se claven, el dolor es constante, único e irrepetible.

Si cierras casi completamente los ojos consigues verlas, cruzando el cielo, el espacio entre personas, a través de los arboles, los lagos y océanos, los niños que corren en el parque, los animales que miden sus pasos temiendo no ser sigilosos, y allí, en mitad de todo ese embrollo, están tus flechas, las que sabes que son para ti y que de un momento a otro llegarán.

Y es triste, totalmente lúgubre, quedarse allí quieta sabiendo que el golpe llegará de un momento a otro, sin poder hacer nada para impedirlo, siendo impotente y cómplice de un destino cruel y fastidioso.

¿Eres tú partícipe de todo esto?

Seguramente sí, todos lo somos.
Actuamos y jamás irá bien para el gusto de todos. Lanzarás la flecha seguramente sin saberlo.









Gritaría un no me dejes, pero sé que esa flecha, esa maldita flecha, es quien te está arrebatando de mi lado.

1 comentari:

  1. Vive sin flechas. No se puede vivir bien, siendo tan consciente y atrapada "del momento que llega". Si vives intensamente lo que te toca por vivir. Sera un hecho que habrá merecido la pena.

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