28 de febrer del 2012

Cap. 10 Empezar.

No hay más verdades que las que sabe tu corazón, ni las que te dirán tus ojos cuando este no las vea.

No hay más llantos que los que sufrirá tu alma o tu conciencia cuando no la escuches.

NO hay más amor que el que se siente de verdad, cuando simplemente... lo sabes.







Cabalgaba a través de la noche, sumergida en la oscuridad inquietante, rápida, la lluvia que caía sobre ella apenas la rozaba, casi quedaba atrás ante tanta velocidad. Nada ni nadie podía alcanzarla en aquel momento y todo podía seguirla a cualquier parte, el mundo y ella habían jugado a ser una sola cosa y a la vez miles.

El pasado la miraba a lo lejos, agachaba la cabeza y suplicaba un retorno, el pasado, todas aquellas heridas, todas aquellas luchas ganadas y perdidas, todo el amor, todo el dolor, todo el rencor, el pasado, el origen de quien era y el engaño de lo que parecía ser, ahora todo eso quedaba simplemente atrás.
Se detuvo súbitamente, el caballo rechinó y levanto sus patas delanteras mostrándose así fuerte y bravo, pero ella no se inmutó, y allí quieta en mitad de aquel bosque profundo, cerró los ojos para encontrar el camino. Muchos dirían que estaba perdida, quizás jamás había estado tanto donde justo quería estar.
Los arboles empezaron a danzar con el viento, sonaban sus ramas agitándose y el murmurar de las sombras que se escondían entre ellos habría hecho que cualquiera se estremeciera, posiblemente ella también lo hizo en algún momento pero allí seguía con los ojos cerrados.



Entonces lo escuchó.

Dime que deseas... - decía la voz - ...dime que anhelas... y lo encontraré para ti...siempre que puedas pagar el precio...
Ella seguía callada y apretó los labios.
Dime que estás buscando mujer... dime tus deseos y los concederé...

Silencio.

La voz empezaba a impacientarse:
- Habla mujer... habla de una vez y di que quieres tener... - el tono era inquietante, era una y mil voces a la vez, como si fueran mil caminos dibujandose y borrándose constantemente.
Ella abrió los ojos y mantuvo la mirada fija en el lomo de su caballo.
- ¿Me desafías? ¿Tú? Eres simplemente codiciosa y buscas una oferta mejor... vamos humana miserable, dime que anhelas de una vez... - empezaron a oírse risas entre los arboles, como si hubieran criaturas que observaban divertidas aquel encuentro misterioso.
- Así que solo ofreces el silencio... bella esclava de tu rutina, ni si quiera tienes valor para pedir lo que buscas...



Ella sonrió y la voz se enfureció.
- ¿A que has venido mujer?

Sin apenas levantar la vista ella seguía sonriendo y fue entonces y solo entonces cuando dijo:
- He venido a demostrarme a mi misma que soy capaz de elegir un camino, solo me falta el empujón para decidir cuando empezarlo y para ello solo necesito una cosa.



La voz empezó a reír a carcajadas:

- Sabia que buscabas algo, casi logro sorprenderme, pero eres una humana más, ¿que necesitas?



Ella levantó la vista y solo vio luz:

- Me necesito a mi.


El bosque estalló en mil pedazos y al moverse, una cama, un armario y unas estanterías llenas de libros la esperaban.



Todo empieza cuando uno decide empezar

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