26 de novembre del 2009

Los susurros que escuché mientras dormía. (Cap. 1)



La voz de mi madre empezó a sonar de fondo. Pensé, dentro de mi cabeza, que serian las diez de la mañana.
"Dentro de poco vendrá a despertarme".
Pero los minutos pasaban y allí no venia nadie, tan solo su voz de fondo. Pensé en que serian casi las once ya y que a las dos de el mediodía tenia que estar trabajando. Fue entonces cuando quise abrir los ojos.

No lo conseguí. Empecé a asustarme, intentaba abrirlos con todas mis fuerzas y no lo conseguía. Quise apretar los puños pero mis manos no se movían.
De repente sonó otro sonido. Un leve pitido, que sonaba compulsivamente, avisando algo alarmante. Afine el oído. Y fue entonces cuando lo entendí todo.

Estaba en coma.
El pitido era la maquina a la que debía estar enchufada y si sonaba así debía ser porque mi corazón iba a mil por hora. La voz de mi madre se escuchaba ahora con mas claridad. Decía alg
o similar a hija mía ojala me estuvieras escuchando en este momento. Habría querido decirle: "mama, te escucho a todas horas" pero mi boca tampoco se movió. Mi cabeza pensaba lentamente y eso me molestaba. Me irritaba. Decidí empezar recordando pequeñas cosas. Mi primer día de colegio, la fiesta de final de instituto, mi cumpleaños cuando hice los 18, el día en que volvería a encontrarle... UN MOMENTO. ¡El día en que debía volver a encontrarle!
¿Cuanto tiempo llevaba en coma? Me forcé para recordar el ultimo día lucido que había vivido pero no conseguí nada claro. Me forcé mas aun por luchar contra todo esto. Mama soltó un grito ahogado y lo próximo que dijo fue:
- ¡DOCTOR MI HIJA ESTA CONVULSIONANDO!
Me sorprendí al escuchar hablar así a mi madre. Conv
ulsionando. Me la imaginaba leyéndose libros de medicina o cosas que hablaran sobre el coma y dentro mio reí irónicamente. Ella y yo nunca habíamos tenido una relación de esas en las que aprendes algo la una de la otra. Mas bien habíamos aprendido por distintos caminos, quizás paralelos pero separados. No la odiaba. Jamas. Pero tampoco la idolatraba como hacían mis amigas.
- Tu madre es genial.
- Ojala mi madre fuese así.
Me daban ganas de invitarlas a mi casa y yo irme lejos una temporada.
Eso había estado bien.
Algo me rozaba, pensé que seria la bata de el medico. Me lo imagine con el pelo canoso, un hombre maduro pero a la vez sexy. De los que nos gustan a las mujeres. Entonces mama hizo la pregunta que todos estarían esperando:
- ¿Esta despierta? ¿Nos escucha si hablamos?

- Señora, su hija esta en coma. Nadie sabe si puede oírnos o no. Pero le aconsejo que piense que si, que mantenga la fe.
¿PIENSE QUE SI, MANTENGA LA FE?
Pero... ¿que gilipollas es este? No se, si yo hubiera sido el doctor
posiblemente le habría dicho:
- Señora, tenga en su cabeza bien pre
sente que su hija esta en coma...(y aquí habría dado dos frases, una catastrófica y otra de buena persona. La catastrófica habría sido...) y que posiblemente no se despertara ni le escuchara jamas, vayase a casa. (Y si hubiera tenido un buen día habría dicho...) pero que a pesar de ello la escucha y si sigue a su lado puede que llegue a mejorar.
Decirle que mantenga la fe es como decir:
- Señora usted es tonta, ni yo mismo se si la escucha o no, siga haciendo el
imbécil y si se despierta diremos que fue gracias a su fe y si muere... morirá sin mas por mucho que usted haya dicho.
Sin embargo mi madre dijo gracias a ese desgraciado. Mientras sucedía todo esto yo seguía temblando sin parar y lo único que note fue como algo entraba en mi cuerpo, un sedante. Minutos después caí rendida. Dormida en mi propio sueño.


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No se que puede salir de esto. Lo he escrito sin mas. Puede ser interesante.
Besos a todos.





13.

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