Sus pies rozaron los mios por debajo de la mesa. Y senti un escalofrio. Le mire a los ojos, ojos nuevos. "No quiero dejarlos de ver" pense. Calidez, ternura. Todo vino de golpe cuando ya me sentia casi sin vida. Entonces mi mano quiso adelantarse a acariciarle, pero la frene. Senti el miedo palpitante de un nuevo deseo y le pedi paciencia. Una sonrisa se asomaba por sus labios invitando a la mia a aparecer tambien.
- Eres increible.- Le dije.
Por una vez no respondio por contradecerme tan solo ladeo la cabeza y siguio mirandome. "Quiero besarle" decia mi cabeza una y otra vez.
- Debo marcharme.- Dije sobresaltandole.
- Quedate un poco mas.- Me contesto.
Entonces mi cuerpo se aflojo y volvi a caer en la silla de la que casi ya me habia levantado.
- ¿Es que no lo ves? Si me quedo un segundo mas aqui mi corazon volvera a latir.
- Entonces quedate sin mas ¿no?.
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